El reclamo de trabajadores del Hospital Pediátrico por las condiciones de infraestructura
Profesionales del centro de vacunación del nosocomio puntano dan cuenta del traslado a una parte del edificio que no cuenta con las condiciones necesarias para la atención.
Desde hace unos 10 días, trabajadores del centro de vacunación del Hospital Pediátrico de la ciudad de San Luis reclaman por la precaria infraestructura en las que deben atender.
Alrededor de seis profesionales que se desempeñan en el área de 6 de la mañana a 18, recibieron la noticia que debían trasladarse a un edificio en malas condiciones. Según relataron, lo encontraron “con piojillos, problemas eléctricos y sin desinfectar”.
De acuerdo a una fuente del nosocomio que le confió información a El Chorrillero, la decisión fue tomada el viernes 20 de este mes cuando el director, Guillermo Monarde, le dio “dos horas” a la jefa de área, Roxana Morales para cambiar de sitio.
Cuando arribaron al lugar, se toparon con el escenario. “Era un desastre, todo estaba atado hasta con alambre”, dijo.
En el lugar funcionó en su momento la guardia de atención de adultos, pero desde que todo el servicio de salud se mudó al Hospital “Ramón Carrillo”, no fue utilizado. Es decir, se mantuvo dos años y medio sin uso.
“No hubo mantenimiento, no se utilizó bajo ningún punto de vista”, sostuvo la misma fuente y describió: “Luego de instalarnos la gente de seguridad empezó a decir ‘me pica, me pica’. Resulta que estaba lleno de piojillos. Nosotros le hicimos saber del tema a las autoridades”.
Cuando se trasladaron, solo llevaron dos de las cuatro heladeras con las que cuentan “por precaución”. Momentos después se cortó la electricidad durante una hora. La mesura de no mover las vacunas de un freezer, hizo salvar a los insumos.
“No hicieron ninguna desinfección, el piso era una mugre, no teníamos aire acondicionado, solo calefacción central, hay paredes rotas y la pintura floreada. No se puede improvisar así y llevar a todos a un lugar de esa manera, no me entra en la cabeza. Si quieren cambiarnos y hacer todo esto, tienen que adaptar y arreglar”, manifestó.
Cuando preguntaron el por qué, desde la dirección les explicaron que se llevaba adelante una “reestructuración” y que en el edificio donde se desempeñaban comenzaría a funcionar el área de oftalmología.
Tras los reclamos y quejas, lograron moverse a otro lugar dentro del Hospital Pediátrico, pero que igual no reúne las condiciones ideales de trabajo y atención.